Se aprobó el día 24 de marzo la ley de cuotificación de la participación de ambos sexos en las listas partidarias para elecciones internas (ya en las próximas) y para elecciones nacionales (en el año 2014).
Dicha ley prevé la inclusión de una persona del otro sexo cada tres cargos, entre los candidatos que se propongan en listas presentadas ante la Corte Electoral.
Se trata, en primer lugar, de una ley que produce una reforma en el sistema electoral uruguayo.
Pero también es claro que esta norma abre -a la fuerza- una puerta grande a la participación de las mujeres como aspirantes a cargos políticos electivos.
La mal llamada "ley de cuotificación femenina" establece que, en cada terna de candidatos elegibles, deberán existir, en forma intercalada, personas de ambos sexos (o sea que si la situación fuera a la inversa también protegería el derecho de los hombres a una cuota de participación).
En el caso de los departamentos donde únicamente existan dos lugares a ocupar por los representantes, éstos deberán ser cubiertos por un hombre y una mujer.
Hasta aquí la información concreta.
Mi opinión es que , como casi todos los grandes cambios en la sociedad, éste llegó en silencio, sin mucha difusión. Desde el punto de vista de la participación política es casi comparable al logro del voto femenino,(las mujeres votaron por primera vez en una elección nacional en 1938, si bien ya la Constitución de 1917 garantizaba todos sus derechos civiles).
En un país donde el sexo femenino es mayoría dentro de la población, parece un logro muy modesto, pero creo que abre un camino enorme que las mujeres tendrán que saber aprovechar.
Creo que, además, esta posibilidad de participación va a repercutir por efecto expansivo en otros campos de acción pública y privada, en los que el llamado "cuello de botella" o "la ley del embudo" hace que sean una amplia mayoría de hombres los que ocupan cargos dirigentes y gerenciales.
¡Felicitaciones a las mujeres uruguayas!
Dicha ley prevé la inclusión de una persona del otro sexo cada tres cargos, entre los candidatos que se propongan en listas presentadas ante la Corte Electoral.
Se trata, en primer lugar, de una ley que produce una reforma en el sistema electoral uruguayo.
Pero también es claro que esta norma abre -a la fuerza- una puerta grande a la participación de las mujeres como aspirantes a cargos políticos electivos.
La mal llamada "ley de cuotificación femenina" establece que, en cada terna de candidatos elegibles, deberán existir, en forma intercalada, personas de ambos sexos (o sea que si la situación fuera a la inversa también protegería el derecho de los hombres a una cuota de participación).
En el caso de los departamentos donde únicamente existan dos lugares a ocupar por los representantes, éstos deberán ser cubiertos por un hombre y una mujer.
Hasta aquí la información concreta.
Mi opinión es que , como casi todos los grandes cambios en la sociedad, éste llegó en silencio, sin mucha difusión. Desde el punto de vista de la participación política es casi comparable al logro del voto femenino,(las mujeres votaron por primera vez en una elección nacional en 1938, si bien ya la Constitución de 1917 garantizaba todos sus derechos civiles).
En un país donde el sexo femenino es mayoría dentro de la población, parece un logro muy modesto, pero creo que abre un camino enorme que las mujeres tendrán que saber aprovechar.
Creo que, además, esta posibilidad de participación va a repercutir por efecto expansivo en otros campos de acción pública y privada, en los que el llamado "cuello de botella" o "la ley del embudo" hace que sean una amplia mayoría de hombres los que ocupan cargos dirigentes y gerenciales.
¡Felicitaciones a las mujeres uruguayas!
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