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14.6.09

Neruda y Atlántida (poemas)

Entre los poemas de Pablo Neruda que integran el libro "Oda a las flores de Datitla" figuran los que van a continuación. Téngase en cuenta que en su origen integraban un herbario que Matilde Urrutia formó con semillas, hojas y flores que ambos recogían en sus paseos por el balneario. Esto sucedió durante la segunda estadía (1956) en la casa de Alberto Mántaras, situada en la rambla de Atlántida. Recordemos también que el balneario de aquellos años era muy distinto al que conocemos hoy. Hay que pensarlo mucho más agreste, menos poblado, más natural diríamos. (Ver entradas siguientes relacionadas con el tema Neruda en Atlántida).

ODA A LAS FLORES DE DATITLA

Bajo los pinos la tierra prepara
pequeñas cosas puras:
hierbas delgadas
desde cuyos hilos
se suspenden minúsculos faroles,
cápsulas misteriosas
llenas de aire perdido,
y es otra allí
la sombra,
filtrada
y floreada,
largas agujas verdes esparcidas
por el viento que ataca y desordena
el pelo de los pinos.
En la arena
suceden
pétalos fragmentarios,
calcinadas cortezas,
trozos azules
de madera muerta,
hojas que la paciencia
de los escarabajos
leñadores
cambia de sitio, miles
de copas mínimas
el eucaliptus deja
caer
sobre
su
fría y fragante
sombra
y hay
hierbas
afraneladas
y plateadas
con suavidad
de guantes,
varas
de orgullosas espinas,
hirsutos pabellones
de acacia oscura
y flor color de vino,
espadañas, espigas,
matorrales,
ásperos tallos reunidos como
mechones de la arena,
hojas
redondas
de sombrío verde
cortado con tijeras,
y entre el alto amarillo
que de pronto
eleva
una silvestre
circunferencia de oro
florece la tigridia
con tres
lenguas de amor
ultravioleta.

Arenas de Datitla
junto
al abierto estuario
de La Plata, en las primeras
olas del gris Atlántico,
soledades amadas,
no sólo
al penetrante
olor y movimiento
de pinares marinos
me devolvéis,
no sólo
a la miel del amor y su delicia,
sino a las circunstancias
más puras de la tierra:
a la seca y huraña
flora del Mar, del Aire,
del Silencio.

.....................**..... Pablo Neruda


DATITLA


Y cuando

de regreso

brilló tu boca bajo los pinares

de Datitla y arriba

silbaron, crepitaron

y cantaron

extravagantes

pájaros

bajo la luna de Montevideo, entonces

a tu amor he regresado

a la alegría de tus anchos ojos;

bajé, toqué la tierra

amándote y amando

mi viaje venturoso.

........................**......Pablo Neruda


(foto-postal que Neruda mandó a Alberto Mántaras
en 1967)

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