“El canto de la corvina negra” es un libro -y un cuento dentro de ese libro- de Mario Delgado Aparaín, escritor uruguayo contemporáneo.
Al comienzo de dicho relato el autor hace la siguiente dedicatoria : “A Noel Matta, por darme esta historia en su naufragio y con él, a todos los pescadores de mi tierra”.
No voy a contarles de qué se trata el cuento, ustedes ya lo habrán leído o lo harán en cualquier momento.
Lo que sí quiero contarles es que en el invierno del 2009, de pura casualidad, nos encontramos un día con Noel Matta y su barca pescadora en el refugio de botes de Atlántida, junto a la bajada principal de embarcaciones.
Así es. Nos dimos de cara con el mismísimo personaje central del cuento de Delgado Aparaín que, además de permitirnos sacar algunas fotos, conversó y contó amablemente una síntesis de su historia personal y de su relación con el escritor.
Mientras conversábamos los otros marineros estaban en lo suyo, faenando pescado recién desembarcado para vender. Esta tarea la cumplían al aire libre, al lado de la trajinada barca llamada “Branca Mar”, que descansaba sobre un tráiler de ruedas de goma con todas las artes de pesca sobre cubierta.
Pudimos apreciar que Noel el pescador, ya tiene conciencia de ser un “personaje” y no sólo por haber sido inmortalizado literariamente en el libro mencionado, sino porque su historia –ésta sí muy real- de haber sido rescatado en el mar por un helicóptero luego de estar a la deriva dos días enteros, fue muy publicitada por la prensa uruguaya en su momento.
Apenas le pedimos su autorización para sacarle algunas fotos a la “Branca Mar” él se puso al lado de la barca, como significando que ella y él son una sola cosa, una pareja heroica que afronta la pequeña fama que les sobrevino a ambos luego de los hechos mencionados –salvamento y cuento posterior- con mucha modestia pero también con orgullo.
En realidad cabe decir que Delgado Aparaín le da un giro fantástico a la historia del pescador de corvinas negras, haciendo aparecer hasta una sirena, la que salva al protagonista de la muerte en el mar y quizá también de la locura.
Como la narración se desarrolla en primera persona; es Noel Matta el que atraviesa, con su “Branca Mar”, las peripecias marinas y las cuenta para la posteridad.
Eso fue lo que nos llamó más la atención de este encuentro con “el Noel”; la sensación de estar ante un personaje de cuento escapado del libro que lo contiene.
Una situación curiosa y gratificante a la vez. Que también nos permitió asomarnos apenas a la sacrificada vida de los pescadores artesanales. Hay un grupo de ellos que se traslada con sus familias y sus barcas entre Pajas Blancas y San Luis, a lo largo de la costa, buscando los lugares donde se da la buena pesca en cada época del año. Algunos llegan incluso hasta Punta del Diablo y Valizas.
Por eso se puede ver en Atlántida, en ciertos períodos, una reunión de barcas de pesca en la explanada de la bajada grande. Van de paso. Se quedan algunos días y luego siguen su viaje peregrino.
Noel Matta también nos habló de eso. Y del poco apoyo que reciben los pescadores artesanales y lo desvalidos que están, no sólo frente a la naturaleza, sino también en la comercialización del pescado del que -como siempre- reciben la menor parte de la ganancia.
Tal vez “El canto de la corvina negra” sirva también para que se aprecie por parte de todos nosotros este oficio que tiende a desaparecer tragado por las transnacionales de la pesca.
Al comienzo de dicho relato el autor hace la siguiente dedicatoria : “A Noel Matta, por darme esta historia en su naufragio y con él, a todos los pescadores de mi tierra”.
No voy a contarles de qué se trata el cuento, ustedes ya lo habrán leído o lo harán en cualquier momento.
Lo que sí quiero contarles es que en el invierno del 2009, de pura casualidad, nos encontramos un día con Noel Matta y su barca pescadora en el refugio de botes de Atlántida, junto a la bajada principal de embarcaciones.
Así es. Nos dimos de cara con el mismísimo personaje central del cuento de Delgado Aparaín que, además de permitirnos sacar algunas fotos, conversó y contó amablemente una síntesis de su historia personal y de su relación con el escritor.
Mientras conversábamos los otros marineros estaban en lo suyo, faenando pescado recién desembarcado para vender. Esta tarea la cumplían al aire libre, al lado de la trajinada barca llamada “Branca Mar”, que descansaba sobre un tráiler de ruedas de goma con todas las artes de pesca sobre cubierta.
Pudimos apreciar que Noel el pescador, ya tiene conciencia de ser un “personaje” y no sólo por haber sido inmortalizado literariamente en el libro mencionado, sino porque su historia –ésta sí muy real- de haber sido rescatado en el mar por un helicóptero luego de estar a la deriva dos días enteros, fue muy publicitada por la prensa uruguaya en su momento.
Apenas le pedimos su autorización para sacarle algunas fotos a la “Branca Mar” él se puso al lado de la barca, como significando que ella y él son una sola cosa, una pareja heroica que afronta la pequeña fama que les sobrevino a ambos luego de los hechos mencionados –salvamento y cuento posterior- con mucha modestia pero también con orgullo.
En realidad cabe decir que Delgado Aparaín le da un giro fantástico a la historia del pescador de corvinas negras, haciendo aparecer hasta una sirena, la que salva al protagonista de la muerte en el mar y quizá también de la locura.
Como la narración se desarrolla en primera persona; es Noel Matta el que atraviesa, con su “Branca Mar”, las peripecias marinas y las cuenta para la posteridad.
Eso fue lo que nos llamó más la atención de este encuentro con “el Noel”; la sensación de estar ante un personaje de cuento escapado del libro que lo contiene.
Una situación curiosa y gratificante a la vez. Que también nos permitió asomarnos apenas a la sacrificada vida de los pescadores artesanales. Hay un grupo de ellos que se traslada con sus familias y sus barcas entre Pajas Blancas y San Luis, a lo largo de la costa, buscando los lugares donde se da la buena pesca en cada época del año. Algunos llegan incluso hasta Punta del Diablo y Valizas.
Por eso se puede ver en Atlántida, en ciertos períodos, una reunión de barcas de pesca en la explanada de la bajada grande. Van de paso. Se quedan algunos días y luego siguen su viaje peregrino.
Noel Matta también nos habló de eso. Y del poco apoyo que reciben los pescadores artesanales y lo desvalidos que están, no sólo frente a la naturaleza, sino también en la comercialización del pescado del que -como siempre- reciben la menor parte de la ganancia.
Tal vez “El canto de la corvina negra” sirva también para que se aprecie por parte de todos nosotros este oficio que tiende a desaparecer tragado por las transnacionales de la pesca.
Noel Matta
Junto a la barca "Branca mar"
Faenando el pescado
Este artículo ha sido publicado en el "Semanario Minuano" y en el "Semanario Gaceta", de Atlántida.Texto _ Wilson Mesa // Fotos _ Arinda González Bo
Noel Matta aparece también entrevistado por Delgado Aparaín en el libro "HABLAR con ELLOS",editado por "Aguilar" en el año 2006.
(LAS IMÁGENES SE PUEDEN AMPLIAR)
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